Un
poderoso chorro emerge
hacia
el cielo y
la enorme
ballena jorobada o xibarte surge
de entre
las aguas entre un remolino de espuma.
Con
gran energía, la
ballena impulsa
su
gigantesco cuerpo fuera
del agua dando
espectaculares
saltos. A
menudo entona, junto
a sus compañeras, misteriosos
y melodiosos cantos
que hacen soñar
a los
marineros.
Retrato:
La cabeza:
La cabeza:
La jorobada es fácil de reconocer gracias a las pequeñas protuberancias que recubren su cabeza. Sus ojos están situados justo en las comisuras de la boca. Posee una vista excelente, tanto en el agua como fuera de ella.
El cuerpo:
El cuerpo
de la ballena es colosal: de largo mide como dos autobuses juntos y pesa
48 toneladas. Sin embargo, su cuerpo parece
muy ligero cuando salta sobre las holas. Casi siempre cae de espaldas y,
a veces, se deja caer golpeando el agua con el vientre, lo que causa un estrépito
ensordecedor.
La cola:
Su enorme
cola convierte a la ballena en una excelente nadadora. Está recubierta por unas señales color crema que permiten
distiguir a un animal de otro, como si de huellas dactilares se tratase.
La boca:
La ballena
no tiene dientes, sino barbas, unos largos pelos rígidos y gruesos. Estas
franjas córneas filtran el agua y retienen el alimento, como lo hace un
colador. Su garganta está llena de surcos que se hinchan cuando engulle una bocanada
cientos de litros de agua.
Las
aletas:
Reconocerás
a la ballena xibarte por sus aletas pectorales, mucho más largas que las de
otras ballenas.
El espiráculo:
Desde muy lejos, antes de distinguir a la ballena, ya se
puede ver el cachorro de agua que expulsa por el espiráculo. Estos dos enormes
agugeros situados en lo alto de su cabeza le permiten expulsar ruidosamente una
nube de aire y de agua en un chorro de
3m de altura. Como todos los mamíferos, la ballena ha de salir a respirar fuera
del agua.