¡Saludemos al leopardo!
terrible
cazador. Durante el día dormita sobre la rama de un árbol. Pero, cuando cae la
noche, se desliza entre la hierba pare acechar a su presa. Su hermoso pelaje
moteado hace que parezca casi invisible. Vive en zonas altas, en los valles del
Himalaya, en los desiertos de África o en frondosos bosques de Asia.
Retrato:
Los ojos i la vista:
El leopardo es el carnívoro que tiene los ojos más grandes.
Durante la noche, sus pupilas se dilatan para ver mejor en la oscuridad.
Las mandíbulas i los dientes:
Con su potente mandíbula y sus largos colmillos, el leopardo
mata a su presa de una sola dentellada. Su lengua áspera le sirve para quitar
la piel a las presas pequeñas.
Los bigotes:
Los bigotes de leopardo le ayudan a orientarse de noche y le
permiten, además, conocer la dirección de viento. Esto le resulta muy útil para
saber de dónde procede el olor y rebelarse así de la presencia de una presa.
Las garras:
El leopardo saca las garras para trepar a los arboles o para
atrapar a su presa. Pero, cuando camina,
las esconde para evitar que se desgasten: sus garras son retráctiles.
Las patas:
El leopardo tiene las patas más cortas y robustas que el
resto de los grandes felinos. Se desenvuelve con gran agilidad y seguridad
tanto en el suelo como en los árboles.
Y, dado que las almohadillas de sus patas amortiguan sus pasos, puede
saltar sobre su víctima por sorpresa.
La cola:
La cola le
sirve, al igual que muchos otros animales, para mantener el equilibrio.
El pelaje:
Su pelaje
amarillento está cubierto de manchas negras, de color dorado en el centro y
ribeteadas de negro.
Las orejas y el oído:
Son
pequeñas, redondeadas y más claras que el resto de su pelaje. El leopardo tiene
un oído tan fino que puede recibir los pasos de un pequeño roedor a varias
decenas de metros de distancia.
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